Aloinjertos y autoinjertos de ligamento cruzado anterior de la rodilla. Estudio experimental en el perro(1)
J. E. MINGUET BAIXAULI*, F. GOMAR SANCHO** y F. SAENZ LÓPEZ DE RUEDA***
RESUMEN
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Hemos realizado un trabajo de cirugía experimental en perros, en el que comparamos el comportamiento de los autoinjertos frescos de ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA), con lo aloinjertos crioconservados. Con la ayuda de una guía y trefinas, se extrae el LCA con
sus inserciones, unido a un taco óseo en cada extremo. Los autoinjertos se reimplantan tras unos minutos en suero fisiológico. Los aloinjertos son sometidos a congelación y, almacenamiento a —80 °C y descongelación rápida, antes de su implantación. Se realiza una fijación de los tacos óseos con tornillos de esponjosa de 6,5 mm, lo que nos permite prescindir de la inmovilización. Los animales se sacrifican a las 3, 6, 12, 24 y 36 semanas, realizando estudio vascular con técnica de transparencia de tejidos de Spalteholz y estudios histológicos. Se demuestra que ambos injertos sufren los mismos procesos biológicos de reparación. Células mesenquimales indiferenciadas y brotes capilares del receptor, invaden los componentes del injerto; se produce una diferenciación polarizada a osteoblastos en el hueso y a fibroblastos en el ligamento, que por mecanismo de sustitución por yuxtaposición,
restauran un LCA similar al normal, bien vascularizado. Esta remodelación llega a las zonas profundas, en los autoinjertos a las 12 semanas y en los aloinjertos a las 24 semanas. A las 36 semanas, ambos injertos están maduros. No ha habido rechazo inmunológico. En nuestra opinión el aloinjerto de LCA, con hueso en sus extremos, puede ser el sustituto ideal para las roturas de LCA.