Deformación plástica del antebrazo: revisión y caso clínico
O. FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, S. SÁNCHEZ HERRÁEZ, D. GONZÁLEZ- ARABIO SANDOVAL, J. SÁNCHEZ LÁZARO, A.I. LOZANO MUÑOZ.
RESUMEN
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La deformidad plástica de un hueso es una rara
entidad, que en ocasiones pasa desapercibida. Se trata de
una lesión típica del niño, con un hueso más elástico que los
adultos. La mayoría de las deformidades plásticas del antebrazo
se producen por caídas con el brazo en extensión, causando
deformidad, dolor y una limitación de la pronosupinación.
Para reducir la curvatura del hueso se precisan fuerzas
contrarias a las que produjeron la lesión, mantenidas en el
tiempo. En niños menores de 4 años, con enorme capacidad
de remodelación, sólo grandes deformidades >20º deberían
ser reducidas. En los mayores de 10 años, con escaso potencial
remodelador, deben manipularse aquellas angulaciones
>10-15º. La mayor complicación derivada de una mala reducción
es la limitación de la pronosupinación, que en la mayoría
de las ocasiones no altera la funcionalidad de la extremidad.