Fracturas complejas del codo en el adulto
M.M. SÁCHEZ MARTÍN
RESUMEN
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Desde que el ser humano
asumió la bipedestación, los requerimientos
funcionales de la extremidad superior
han cambiado principalmente desde la locomoción
a la de posicionar su unidad terminal,
la mano. Concretamente, el codo,
con su movimiento de flexión y extensión,
sirve como unión mecánica entre el hombro
y el antebrazo y mano. La forma anatómica
del húmero, con su extremo proximal
inclinado casi 45º sobre su eje mayor, se corresponde
con una inclinación similar de la
garganta de la tróclea del olécranon para
permitir una flexión y extensión completas
sin comprometer o comprimir las estructuras
vasculonerviosas y musculotendinosas
anteriores (1).